Características Generales de los Animales
La
movilidad es la característica más llamativa de los organismos de este reino,
pero no es exclusiva del grupo, lo que da lugar a que sean designados a menudo
como animales ciertos organismos que pertenecen al reino Protista.
En el
siguiente esquema se muestran las características comunes a todos los animales:
ü Organización celular. Eucariota y pluricelular.
ü Nutrición. Heterótrofa por ingestión (a nivel
celular, por fagocitosis y pinocitosis), a diferencia de los hongos, también
heterótrofos, pero que absorben los nutrientes tras digerirlos
externamente.
ü Metabolismo. Aerobio (consumen oxígeno).
ü Reproducción. Todas las especies animales se reproducen sexualmente (algunas sólo por partenogénesis), con gametos de
tamaño muy diferente (oogamia) y cigotos (ciclo diplonte). Algunas pueden, además, multiplicarse asexualmente. Son típicamente diploides.
ü Desarrollo. Mediante embrión y hojas
embrionarias. El cigoto se divide repetidamente por mitosis hasta originar una blástula.
ü Estructura y funciones. Poseen colágeno como proteína estructural. Tejidos celulares muy diferenciados. Sin pared celular. Algunos con quitina. Fagocitosis,
en formas basales. Ingestión con fagocitosis ulterior
o absorción en formas derivadas ("más evolucionadas"), con capacidad
de movimiento, etc.
ü Simetría. Excepto las esponjas, los demás animales presentan una
disposición regular de las estructuras del cuerpo a lo largo de uno o más ejes
corporales. Los tipos principales de simetría son la radial y la bilateral.
Con pocas
excepciones, la más notable la de las esponjas (filo Porifera), los animales tienen tejidos diferenciados y especializados. Estos
incluyen músculos, que pueden contraerse
para controlar el movimiento, y un sistema
nervioso, que envía y procesa señales. Suele haber también una cámara
digestiva interna, con una o dos aberturas. Los animales con este tipo de
organización son conocidos como eumetazoos,
en contraposición a los parazoos y
mesozoos, que son niveles de organización
más simples ya que carecen de algunas de las características mencionadas.
Todos los
animales tienen células eucariontes,
rodeadas de una matriz extracelular característica
compuesta de colágeno y glicoproteínas elásticas. Ésta puede calcificarse para
formar estructuras como conchas, huesos y espículas.
Durante el desarrollo del animal se crea un armazón relativamente flexible por
el que las células se pueden mover y reorganizarse, haciendo posibles
estructuras más complejas. Esto contrasta con otros organismos pluricelulares como las plantas y los hongos,
que desarrollan un crecimiento progresivo ya que sus células permanecen en el
sitio mediante paredes celulares.
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